Yolendi Riaño, 29 años, es madre de 5 hijos; se enteró que tenía Chagas cuando estaba embarazada de su quinto hijo. Nunca había escuchado hablar de esta enfermedad. La doctora le recomendó empezar el tratamiento, tan pronto dejara de amamantar al bebé.
—Es importante recibir el tratamiento, porque si uno no lo sigue se empeora la enfermedad. Uno siempre se preocupa por los hijos, porque llegue a pasar algo, entonces los niños van a sufrir —dice Yolendi.
Pero le da miedo porque un señor de edad que tiene Chagas le contó a Yolendi que con esta enfermedad “a uno se le pone el corazón grande, hasta que se lo lleva”.
Cuando termine de amamantar a su hijo, Yolendi va a buscar tratamiento. Al imaginarse que puede recibir tratamiento, se llena de alegría.
—Porque yo me he sentido muy enferma del asunto del corazón… enferma, enferma, cada rato me aporrea duro —comenta mientras mira al infinito con sus ojos brillantes.